Cuando está cuidando a alguien con diagnóstico de FPI, es natural sentir dolor en muchos puntos a lo largo de la enfermedad, por ejemplo, en el momento en que su ser querido fue diagnosticado o bien al experimentar una exacerbación aguda de la FPI, y no sólo durante las etapas finales de la vida. El dolor le permite prepararse emocionalmente para las diferentes etapas del proceso del duelo.
Este proceso de duelo es individual y personal, y puede durar meses o incluso años. Puede experimentar una serie de emociones difíciles como la tristeza, la depresión, la ira, la culpa o el vacío, y también puede sentirse física, social o espiritualmente afectada. Estas son reacciones normales y una respuesta natural a la pérdida.
Aunque no hay manera correcta o incorrecta de hacer un duelo, hay algunas sugerencias que pueden ayudarle a lidiar con el dolor.
Si en cualquier momento se siente abrumado por su propio dolor, no dude en buscar ayuda profesional.